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jueves, 21 de mayo de 2015

¿Es siempre el castigo eficaz?

¿Es el castigo eficaz para la educación de los niños?


Por ejemplo, si un niño hace una travesura se le puede castigar dejándole sin ver sus dibujos favoritos, o sin ir al parque esa tarde, ya que es algo desagradable para el niño, pero puede ocurrir que sus padres comprueben que cuanto más se le castiga más repite las travesuras.



¿Por qué ocurre esto?

Una posible explicación sería que el niño no siente que reciba la suficiente atención por parte de sus padres y la encuentre en el castigo, aunque sea por un medio desagradable.

Es importante tener en cuenta que la atención es uno de los refuerzos más importantes para el ser humano. El niño puede pensar: “Al menos, cuando me porto mal, mis padres me hacen caso y están más pendientes a mi”

Además debemos tener muy en cuenta el efecto del castigo. 

Éste, hace que la conducta se inhiba, es decir, baje la frecuencia de las veces que el niño hace sus travesuras pero NO la elimina del todo.

Entonces… ¿cómo podemos hacer que el castigo sea efectivo?


Debe ser aplicado a una conducta concreta, claramente definida, que la persona castigada sepa perfectamente que la ha hecho y que está sometida a castigo. Por ejemplo: no has sacado a los perros esta mañana, por lo que hasta que no los saques no saldrás esta tarde.

Hay que castigar conductas, NO personas. 

No debemos descalificar al niño como tonto, vago o incompetente puesto que no le hará ningún bien ni para su autoestima ni para que se sienta con más ganas de realizar lo que queremos que haga o deje de llevar a cabo la conducta disruptiva.

La misma conducta negativa debe ser castigada SIEMPRE, no a veces sí y a veces no, puesto que no será efectivo.


El castigo tiene que seguir lo más inmediatamente posible a la conducta castigada. No es igual de efectivo el que el niño pegue a su hermano el lunes y se le castigue el fin de semana sin salir, ya que quizás ha estado trayendo buenas notas esa semana y no sería justo que esa conducta positiva no se gratifique.

Cuando castigamos una conducta, hay que darle una alternativa positiva que debe ser reforzada positivamente. Es decir, castigo el no estudiar y suspender el examen, le decimos que queremos verle estudiar de forma diaria y si lo hace… se le refuerza positivamente día a día, ya sea con mensajes positivos de ánimo o haciéndole ver que confiamos en él.

Estamos esperando tus comentarios... y si te ha gustado este artículo no dudes en compartirlo en tus redes sociales. Cualquier duda te puedes poner en contacto con el Gabinete de Psicología de Josefina Rodríguez Merino y su departamento de Psicología Infantil.


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