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viernes, 11 de septiembre de 2015

S.O.S TENGO UN HIJO ADOLESCENTE

Hijos Adolescentes


¿Cómo puedo ayudarlo? ¿Le dejo que haga lo que quiera? ¿Cómo le digo que estudie si no quiere hacerlo?



Estas son algunas de las preguntas más frecuentes que suelen hacerse los padres de chicos que se encuentran inmersos en esa etapa del caos que puede llegar a ser la adolescencia.

Debemos entender que la adolescencia es un período intenso tanto de desarrollo físico como emocional, moral e intelectual. Los jóvenes comienzan a distanciarse poco a poco de papá y mamá y a querer ser independientes al mismo tiempo que se acercan más a sus iguales, de los que toma una gran relevancia lo que piensan de ellos intentando ser aceptados.

¿Por qué la adolescencia se identifica siempre con rebeldía?

A pesar de que no en todos los casos nuestros hijos se vuelven unos “rebeldes sin causa” si es cierto que muchos de ellos sufren esta etapa. En la mayoría de los casos, es debido a un desencuentro en las formas de pensar entre padres e hijos. En esta etapa, los jóvenes van formando su propia escala de valores y creencias a través de lo que ve y los conocimientos que va adquiriendo tanto en la escuela como de sus iguales y en ocasiones  estos valores pueden entrar en contradicción con los de sus padres y ahí comienza el conflicto.

En ese momento es cuando los padres, deben pararse a pensar en qué espacio dejan a sus hijos, reflexionar sobre si el control que pretendemos tener sobre ellos es demasiado o si le debo permitir que sus gustos y preferencias sean diferentes a los nuestros.

Un padre puede llevar a su hijo a la iglesia y pretender que sea creyente e incluso hacerle orar por las noches, pero puede llegar un momento en el transcurso a su madurez en la que deje de tener esas creencias y el hecho de hacerle seguir con esos rituales sólo le trasmitirá el mensaje de que no le escuchamos ni respetamos y comenzaran los conflictos familiares.

La comunicación con el adolescente es muy importante. 

Escucharle, saber cuál es su opinión y establecer unas normas y límites con ellos claras y precisas que todos estemos dispuestos a aceptar.

Intente ponerse en su lugar. Es un estadio  en el que  cosas que para los adultos pueden ser insignificantes,  para ellos es un mundo y les provoca un gran malestar emocional que no se les tenga en cuenta. Escucharlo, comprénderlo y apóyarlo cuando lo necesite, le dará seguridad, se sentirá querido y apoyado por su familia, lo que creará un clima de confianza entre todos.

 La intimidad es muy importante.

Respeta su espacio. Son  muchos los padres que piensan que “cualquier asunto de su hijo es asunto suyo”  Pero, para ayudar a su hijo a convertirse en un adulto joven, deberá respetar su intimidad. Si en algún momento detecta señales de que algo pueda estar ocurriendo a su hijo, entonces no tendrá más remedio que invadir su intimidad hasta llegar al fondo del problema. Pero, en caso contrario, es mucho mejor mantenerse al margen, eso sí, supervisando qué ve su hijo en televisión e Internet.

Las normas deben existir, serán normas adaptadas a su edad, así como las consecuencias negativas cuando estas no se respeten, no es positivo que un niño de 14 años se le permita aparecer a las 7 de la mañana como tampoco que a un joven de 17 se le exija estar en casa a las 9 de la noche un fin de semana.

Tomarlo con calma

NUNCA trasmitirles el mensaje de que NO PODEMOS MÁS CON ELLOS y dejarles a su libre albedrío. A medida que su hijo avance por los años de la adolescencia, los altibajos irán disminuyendo y si se habrán conseguido los objetivos propuestos, pasará a ser un joven independiente y responsable volviendo todo a la calma.

ROSA TORRES
INFANCIA Y ADOLESCENCIA

Estamos esperando tus comentarios... y si te ha gustado este artículo no dudes en compartirlo en tus redes sociales. Cualquier duda te puedes poner en contacto con el Gabinete de Psicología de Josefina Rodríguez Merino y su departamento de Psicología Infantil y Juvenil.


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