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martes, 7 de junio de 2016

PREOCUPARNOS CUANDO SEA ÚTIL

La preocupación es un temor anticipado ante la posibilidad de que algo negativo ocurra.

Provoca una cadena de pensamientos, en ocasiones constantes, que nos generan desasosiego y estrés.




La preocupación es útil cuando nos prepara para enfrentarnos a algún acontecimiento o problema. Preocuparnos nos va a ayudar a prestar más atención,  a generar un plan de acción y estar prevenidos.


Ejemplos de como preocuparse es útil o inutil:


Un estudiante cuando tiene un examen se preocupa porque existe la probabilidad de suspenderlo, preocupación que aumenta a medida que se aproxima la fecha Esta preocupación le motivará para organizar y cumplir un plan de estudios para  evitar el suspenso. Ese desasosiego o ansiedad, generado por la preocupación, es el que activa la acción. Si la preocupación es excesiva será nociva porque aparecerá un aumento de la ansiedad que va  a disminuir el rendimiento en el estudio. 

La preocupación para ser útil ha de ser proporcionada a la situación que la provoca.

Una persona se queda parada, le preocupa no encontrar trabajo, puede tener una preocupación tan elevada que le paralice,  ocasionándole  una depresión que no le permitirá emprender ningún plan de acción, así difícilmente resolverá su problema.
Si essa persona canalizara la  preocupación de manera útil ,  iniciaría un plan de acción ( elaborar un curriculo, inscribirse en  bolsas de trabajo por internet, visitar agencias de colocación, aprovechar que está parado para mejorar su formación etc) para encontrar empleo, además, al estar inmerso en esta actividad va a disminuir su inseguridad y aumentará la satisfacción personal al sentirse útil porque está haciendo lo que debe hacer.

La preocupación es útil cuando nos moviliza para prepararnos, preocuparse sin actuar no sirve de nada.


Hemos comentado que debe haber una correspondencia entre la gravedad de la situación o problema  y la intensidad de la preocupación. A veces nos preocupamos por cosas sin importancia.

Como valorar la importancia de una situación de un  problema. 

Algunas recomendaciones que le pueden ser útiles:

Elabore una escala de  gravedad de  1 a 10. Haga una lista de problemas y puntúelos según la gravedad, por ejemplo la pérdida de un ser  muy querido tendría una gravedad de 10; una enfermedad grave de alguien muy importante para usted 9, así sucesivamente. Compare su problema con los de su escala y otórguele la importancia  que merece.

Vea su problema actual proyectado a más largo plazo, piense cómo será dentro de  dos meses, un año… ¿será un problema entonces?

Marque distancia con su problema, imagine que ese problema no es suyo, es  un familiar quien le cuenta que lo tiene. ¿Cómo lo valoraría?.

Plantéese si merece la pena preocuparse como usted lo está haciendo
.

No deberíamos preocuparnos:


Por acontecimientos cuya  probabilidad de ocurrencia  es remota, por ejemplo tener un infarto cuando no existe patología alguna que lo pudiera provocar.

Preocuparnos por acontecimientos inciertos, que se pudieran dar pero no tendremos la certeza hasta que no ocurran, ejemplo que mi hijo que está acabando la carrera no encuentre trabajo.


¿Cómo distinguir si mi preocupación es lógica? Responda  las preguntas:


¿El problema por el que me preocupo existe  realmente,  sé a ciencia cierta que aparecerá en el futuro? Escriba las cosas que le preocupan, de forma clara y concisa.

¿Existen formas de resolverlo? Escriba en cada problema  anotado, todas las soluciones que se le ocurran (tormenta de ideas) y coméntelo con alguien de su confianza porque seguramente aportará más soluciones.

¿Yo sería capaz de poner esas soluciones  en práctica?. Entre las soluciones anteriores elija las que son más viables y compare como ha afrontado otros problemas parecidos o quizá peores a lo largo de su vida.

Si el problema e inevitable ¿Seré capaz de afrontarlo y adaptarme a él?.  La mejor opción es adaptarse, aprenda como lo hacen otras personas.

Compartir las preocupaciones con otras personas de confianza o profesionales puede ayudar a relativizarlas.

Si se obsesiona con algún problema y le preocupa en exceso, aun sabiendo que no tiene importancia, consulte con un psicólogo.



Estamos esperando tus comentarios... y si te ha gustado este artículo no dudes en compartirlo en tus redes sociales. Cualquier duda te puedes poner en contacto con el Gabinete de Psicología de Josefina Rodríguez Merino


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