DISTINTAS FORMAS DE SER PAREJA. ¿TE GUSTA LA TUYA?
No existe un único modelo o un modelo ideal de pareja, cada uno debe inventar el suyo.
Las diferentes formas de relacionarse cada persona, dentro de la pareja, van a depender de la historia, aprendizajes y experiencias vividas, originando unos vínculos determinados que pueden conducir a la dicha o la desdicha, vivir la vida con optimismo y fuerza o impedir el crecimiento de la pareja y del otro.
Considero interesante la exposición que, sobre
los distintos vínculos de las relaciones de pareja, hace el
psicólogo Joan Garriga en el libro, que recomiendo leer,
EL BUEN AMOR EN LA
PAREJA.
Para describiros el libro, nada mejor que la exposición del propio autor en este artículo publicado en ABC:
Artículo escrito por el psicólogo Joan Garriga en ABC.es
No es fácil mantener y conservar el amor en la
pareja, aunque el ser humano haya nacido para vivir acompañado por esa persona
que es especial entre todas las demás, que nos completa, que da sentido a
nuestra vida y nos hace feliz. El camino del amor tiene muchos baches y cada
pareja también. Ese es el territorio que mejor conoce el psicólogo Joan Garriga
tras más de diez años trabajando con parejas y ayudándolas a conseguir una
relación más sana y consciente.
En su nuevo libro «El buen amor en la pareja»
se adentra precisamente en los recovecos del buen amor, un amor que se reconoce
«porque en él somos exactamente como somos y dejamos que el otro sea
exactamente como es».
Como epílogo a ese libro del buen amor, que
habla de las diferentes formas que existen de ser pareja y de encontrar la
propia fórmula, la que a cada uno le haga feliz, de estar con alguien, nos
ofrece las doce reglas de oro para vivir hoy en pareja:
1. Sin ti no podría vivir/Sin ti
también me iría bien: Somos dos adultos que nos sostenemos sobre nuestros
propios pies, no dos niños buscando a sus padres. Sin ti también me iría bien,
pero me alegra el corazón que sea contigo y que estemos juntos.
2. Te quiero por ti mismo/Te quiero por ti mismo... bueno a pesar de ti
mismo: Es un regalo enorme amar las sombras del otro, su ego, sus
dificultades y ser compasivos con ello, porque eso significa que somos capaces
de reconocer al otro miembro de la relación en su realidad más sombreada. La
pareja es un campo de crecimiento en el que se van limando las asperezas del
ego gracias a que el amor compartido es capaz de soportarlas.
3. Hazme feliz/Siento el deseo
espontáneo de que seas feliz: La pareja no está pensada para darnos la
felicidad, aunque si sabemos conjugar todas sus dimensiones experimentamos algo
que se acerca a la dicha. Sentimos que pertenecemos a algo, que hemos creado
una intimidad, un vínculo, y que construimos caminos de vida.
4. Quiero una pareja/Mejor me
preparo para ser pareja: El exceso de «yo» y de individualidad por encima
del sentido del «nosotros» convierte la pareja en un campo increíble de
libertad y al mismo tiempo nos expone a más y más soledad e incertidumbre. Las
dos cosas al mismo tiempo. Si quieres tener pareja, trabaja en tu interior para
encontrar tu propio tono y manera para ser compañero o compañera, y lo demás se
te dará por añadidura.
5. Te lo doy todo/Mejor dame lo
que me mantiene en al mismo nivel que tú: La pareja es una relación de
igualdad en la que hay que procurar que haya un intercambio de equilibro y
justicia para preservar la paridad de rango. Dar mucho puede generar en el otro
un sentimiento de deuda y empequeñecerlo. Mejor dar lo que el otro puede
devolver de alguna manera, puesto que con el intercambio fértil crece la
felicidad.
6. Dámelo todo/Dame lo que tienes y eres y yo puedo compensar para
mantener en mí dignidad: Cuando alguien en una relación lo pide todo del
otro, debemos sospechar dos cosas: la primera, que esa persona es un niño y, la
segunda, que esa persona sin duda no va a tomar y apreciar lo que se le da,
porque está anclada en un guión de insatisfacción que se nutre de demanda, la
cual, aunque sea atendida, no satisface. Mejor el intercambio positivo y
gratificante al negativo e hiriente.
7. Ojalá sea intenso y
emocional/Ojalá sea fácil: Algunas relaciones discurren con fluidez y
facilidad, no chirrían. Son el resultado del encuentro de dos naturalezas que
armonizan sin grandes desencajes. Otras veces, todo es difícil, a pesar del
amor. Cuando una relación es intensa y emocional, a menudo llega a ser
desvitalizante. De hecho, las grandes turbulencias emocionales y los juegos
psicológicos desgastantes y fatales tienen que ver con reminiscencias de
heridas infantiles y viejos anhelos no colmados.
8. Lucho por el poder/Cooperamos: Demasiados siglos de lucha y
sufrimiento entre hombres y mujeres nos convocan a una reconciliación: Es
maravilloso cuando en la pareja ambos sienten adentro, de verdad, de corazón,
que no hay mejor ni peor y que caminan juntos. No uno por arriba y otro por
abajo, no uno por delante y otro por detrás. Cooperan. Son compañeros, amigos,
hermanos, amantes y socios. Uno y uno son más que dos. En lo más profundo las
mujeres se suelen sentir mejores que los hombres — según mis estadísticas—,
pero las más inteligentes se encargan de que sus parejas no lo noten.
9. Yo pienso, tú sientes y ante
lo difícil sálvese quien pueda/Reímos y lloramos juntos y juntos nos abrimos a
la alegría y el dolor: Las parejas se enfrentan, en su proceso vital , a asuntos
que en algún momento duelen: hijos que no vienen, abortos, muertes o
enfermedades de seres queridos, vaivenes económicos y existenciales…. Son
asuntos que ponen a prueba la capacidad de aguante de la pareja y que o bien la
fortalecen o bien la derrumban y ponen en ella resentimientos y kilómetros de
distancia.
10. Que sea para siempre/Que dure lo que dure: Entrar en el amor de
pareja significa también hacerse candidato al dolor de un posible final. Hoy en
día se habla de monogamia secuencial, esto es, de que, estadísticamente, cabe
esperar que tengamos entre tres y cuatro parejas a lo largo de nuestra vida,
con el consiguiente estrés y tránsitos emocionales complejos que ello conlleva.
Cuando no hay un contrato institucional de por medio, tenemos una oportunidad
de crear a la pareja cada día, a nuestra manera, y de vivir lo que nos permite.
Si llega el final, aprendemos el lenguaje del dolor, la ligereza y el desapego,
para luego volver de nuevo al carril del amor y de la vida.
11. Primero los padres o los hijos y luego tú/ Primero nosotros, antes
que nuestras familias de origen y que nuestros hijos en común: Conviene
saber que el amor se desarrolla mejor en universos de relación ordenados: que
los padres sean padres y que los hijos sean hijos, que la pareja que se ha
creado (que puede incluir a hijos de anteriores relaciones) tenga prioridad
frente a parejas anteriores o frente a las familias de origen. Que el pasado
sea honrado y labre un buen presente y un buen futuro. Algunas personas dan más
importancia a los hijos en común que a los anteriores, lo cual acaba creando
malestar en todos. Al mismo tiempo, una pareja posterior debe saber que tiene
más posibilidades de ocupar un buen lugar si asume que los hijos de su pareja
estaban antes y respeta su prioridad.
12. Te conozco/Cada día te veo y te reconozco de nuevo: Algunas
parejas no se relacionan con la persona que tienen al lado, sino con las
imágenes interiores que se han ido formando de esa persona a lo largo del
tiempo. Viven en el pasado y se olvidan de actualizarse cada día. Para
evitarlo, ayuda, y mucho, abrir la percepción a cada instante nuevo y no dar a
la otra persona por supuesta. El otro se ilumina cuando le reconocemos y le
descubrimos como nuevo, y de este modo también nosotros nos volvemos nuevos y
jóvenes.
Fuentes:
“El Buen Amor en la Pareja:
Cuando uno y uno suman más que dos” Garriga J. Ed. Destino, 2013
Articulo publicado en ABC
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