martes, 11 de octubre de 2016

SUPERAR LA TIMIDEZ CON ENTRENAMIENTO

La timidez es un problema cuando uno mismo no se permite relacionarse con los demás como le gustaría, por inseguridad o vergüenza. 



Sin que medie palabra suelen "adivinar" los juicios negativos que hacen de él y obra en consecuencia.


La persona tímida no lo es en todas las circunstancias ni con todas las personas,  no lo es con sus hijos, su pareja, padres o hermanos. Vencer la timidez consiste en generalizar esa espontaneidad, la manera propia de ser  ante las personas que tu elijas.
Algunos consejos para vencer la timidez:
1.    Empieza practicando con personas conocidas algunos ejercicios sencillos: habla mirando a los ojos, si te resulta muy incomodo hay un truco: mira al entrecejo de la otra persona, parece que le miras a los ojos y no te agobia. Sonríe si es oportuno. Utiliza  conversaciones sin importancia, triviales, observa lo que habla la gente cuando esperan en la panadería, en la peluquería… Pregunta algo…. Cuando te sientas más seguro  prueba a hacer lo mismo con personas que no conozcas tanto.

2.    Ensaya  formas de romper el hielo.  Suele costar llevar una conversación con un desconocido al principio. Piensa en formas de romper el hielo e iniciar una conversación, como sonreír a una persona  que conoces de verla varias veces, por ejemplo un vecino con el que coincides en el ascensor, empieza con algo tan sencillo como ¿vive aqui? . Presentarte  con un hola, que tal soy Juan. Preguntar algo del tipo ¿tienes hora?. Tener pensadas varias fórmulas para romper el hielo resulta más fácil.

3.    Ensaya lo que vas a decir. Cuando estés preparado para probar algo que has estado evitando por culpa de la timidez —como una llamada de teléfono o una conversación— escribe previamente lo que quieres decir. Ensáyalo en voz alta, tal vez delante de un espejo. Luego lánzate. No te preocupes si no te sale como te hubiera gustado, lo que más importa es que lo hayas hecho. Siéntete orgulloso de haberte atrevido a probarlo. La próxima vez, todavía te saldrá mejor porque te resultará más fácil.

4.    Amplia tu circulo. Inicia alguna  actividad que te guste y que puedas relacionarte con otras personas que compartan el mismo interés. Date tiempo para ir conociéndolas e ir cogiendo confianza en ti mismo, sin sentirte obligado a hacerlo. A las personas tímidas a menudo les preocupa no estar a la altura o qué pensarán de ellas los demás. Esto suele frenar a los timidos para hacer lo que les gustaría.  Si en tu caso la autocrítica desempeña un papel importante, pregúntate si serías tan crítico con tu mejor amigo. Lo más probable es que con él no fueras tan exigente y lo aceptaras tal y como es. O sea que trátate como a tu mejor amigo. Date palabras de aliento en vez de esperar el fracaso.

5.    Desarrolla la asertividad. A las personas tímidas les preocupan mucho como pueden incidir en los demás lo que ellos digan o hagan. Esto no significa que sean “miedosas” o “cobardes” sino que no suelen ser asertivos, les cuesta decir NO sin sentirse culpables. Ser asertivo significa defenderte cuando deberías hacerlo, reclamando lo que quieres o necesitas, o expresarte cuando otra persona está hiriendo tus sentimientos.
Sobre todo, sé tú mismo, es lo mejor que puedes ser. Está bien que pruebes distintas formas de relacionarte o conversar que utilizan otras personas. Pero haz y di lo que encaje con tu propio estilo. Ser tal y como uno es —y atreverse a mostrárselo a los demás- es lo que más atrae a la gente y la mejor forma de hacer amistades.

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viernes, 7 de octubre de 2016

VALORACION DEL COEFICIENTE INTELECTUAL

GABINETE DE PSICOLOGÍA JOSEFINA RODRÍGUEZ MERINO, realiza valoraciones del coeficiente intelectual de niños y adolescentes con edad comprendida entre los 6- 16 años.



Para ello utilizamos potentes instrumentos de medida, homologados y adaptados a la población española.


Estas pruebas nos dan una información amplia y precisa de las habilidades intelectuales del niño y del adolescente que tienen influencia en el desempeño académico.

También nos ayudan a identificar los problemas para buscar las soluciones adecuadas.

Reserve su cita en el teléfono del gabinete de psicología 
686 774 887





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lunes, 22 de agosto de 2016

MIEDOS QUE SURGEN CUANDO LA PAREJA SE PLANTEA LA SEPARACIÓN.

La separación de la pareja es una decisión muy importante que conlleva un alto coste emocional, daña la salud mental y en consecuencia la física, mermando las capacidades para responder, de la forma más conveniente, a los problemas y dificultades que se les presentan.



MIEDOS QUE SURGEN CUANDO LA PAREJA SE PLANTEA LA SEPARACIÓN.


Ha fracasado el proyecto de convivencia y tienen que enfrentarse a los cambios que eso conlleva:
  • Separación de los hijos
  • Ruptura con la familia extensa y amigos
  • Reparto de bienes y acuerdos económicos
  • miedos o inseguridades
  • ... entre otras circunstancias.

Después del tiempo viviendo un acompañamiento íntimo, si no se tiene otra pareja que la sustituya, surge el miedo a la soledad, temor por el que unas parejas prefieren continuar juntos, resignándose  y  otras pretenden remediarlo con otra relación “de urgencia” que normalmente resultará fallida.

Miedo al sufrimiento propio o al que se le causa al otro, porque no sólo sufre el “abandonado”  también, aunque en menor medida,  el que  ha tomado la decisión de separarse, si no ha sido de mutuo acuerdo, siente  la culpa  por el daño causado.

Miedo a renunciar a lo que funciona bien, salir de la zona de confort , las rutinas y costumbres, nuestra casa, nuestro entorno, amigos, barrio, merma en la economía, etc. para  empezar  una nueva vida en otra casa, con otra persona, otras circunstancias a las que  habituarse, sobre todo cuando se rompe una relación con hijos o  de muchos años de convivencia.

Miedo  a tomar una decisión equivocada porque posiblemente no haya marcha atrás. Sabemos que con la pareja no nos va bien, pero ¿nos irá peor sin ella.?

Es muy recomendable la ayuda de un psicólogo, experto en temas de pareja y familia, como acompañamiento imparcial en la búsqueda de alternativas a los temores y dificultades que vayan surgiendo antes, durante y después de la separación, para que sea lo menos dolorosa posible.

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miércoles, 17 de agosto de 2016

VÍNCULOS AMOROSOS EN LA RELACIÓN DE PAREJA. DESCUBRE LOS QUE PREDOMINAN EN LA TUYA.

DISTINTAS FORMAS DE SER PAREJA. ¿TE GUSTA LA TUYA?



No existe un único modelo o un modelo ideal de pareja, cada uno debe inventar el suyo.

Las diferentes formas de relacionarse cada persona, dentro de la pareja, van a depender de la historia, aprendizajes y experiencias vividas, originando unos vínculos determinados que pueden conducir a la dicha o la desdicha, vivir la vida con optimismo y fuerza o impedir el crecimiento de la pareja y del otro.

Considero interesante la  exposición  que,  sobre los distintos vínculos de las relaciones de pareja, hace el psicólogo Joan Garriga en el  libro, que recomiendo leer, EL BUEN AMOR EN LA PAREJA.

Para describiros el libro, nada mejor que la exposición del propio autor en este artículo publicado en ABC:

Artículo escrito por el psicólogo Joan Garriga en ABC.es

No es fácil mantener y conservar el amor en la pareja, aunque el ser humano haya nacido para vivir acompañado por esa persona que es especial entre todas las demás, que nos completa, que da sentido a nuestra vida y nos hace feliz. El camino del amor tiene muchos baches y cada pareja también. Ese es el territorio que mejor conoce el psicólogo Joan Garriga tras más de diez años trabajando con parejas y ayudándolas a conseguir una relación más sana y consciente.

En su nuevo libro «El buen amor en la pareja» se adentra precisamente en los recovecos del buen amor, un amor que se reconoce «porque en él somos exactamente como somos y dejamos que el otro sea exactamente como es».

Como epílogo a ese libro del buen amor, que habla de las diferentes formas que existen de ser pareja y de encontrar la propia fórmula, la que a cada uno le haga feliz, de estar con alguien, nos ofrece las doce reglas de oro para vivir hoy en pareja:

1. Sin ti no podría vivir/Sin ti también me iría bien: Somos dos adultos que nos sostenemos sobre nuestros propios pies, no dos niños buscando a sus padres. Sin ti también me iría bien, pero me alegra el corazón que sea contigo y que estemos juntos.

2. Te quiero por ti mismo/Te quiero por ti mismo... bueno a pesar de ti mismo: Es un regalo enorme amar las sombras del otro, su ego, sus dificultades y ser compasivos con ello, porque eso significa que somos capaces de reconocer al otro miembro de la relación en su realidad más sombreada. La pareja es un campo de crecimiento en el que se van limando las asperezas del ego gracias a que el amor compartido es capaz de soportarlas.

3. Hazme feliz/Siento el deseo espontáneo de que seas feliz: La pareja no está pensada para darnos la felicidad, aunque si sabemos conjugar todas sus dimensiones experimentamos algo que se acerca a la dicha. Sentimos que pertenecemos a algo, que hemos creado una intimidad, un vínculo, y que construimos caminos de vida.

4. Quiero una pareja/Mejor me preparo para ser pareja: El exceso de «yo» y de individualidad por encima del sentido del «nosotros» convierte la pareja en un campo increíble de libertad y al mismo tiempo nos expone a más y más soledad e incertidumbre. Las dos cosas al mismo tiempo. Si quieres tener pareja, trabaja en tu interior para encontrar tu propio tono y manera para ser compañero o compañera, y lo demás se te dará por añadidura.

5. Te lo doy todo/Mejor dame lo que me mantiene en al mismo nivel que tú: La pareja es una relación de igualdad en la que hay que procurar que haya un intercambio de equilibro y justicia para preservar la paridad de rango. Dar mucho puede generar en el otro un sentimiento de deuda y empequeñecerlo. Mejor dar lo que el otro puede devolver de alguna manera, puesto que con el intercambio fértil crece la felicidad.

6. Dámelo todo/Dame lo que tienes y eres y yo puedo compensar para mantener en mí dignidad: Cuando alguien en una relación lo pide todo del otro, debemos sospechar dos cosas: la primera, que esa persona es un niño y, la segunda, que esa persona sin duda no va a tomar y apreciar lo que se le da, porque está anclada en un guión de insatisfacción que se nutre de demanda, la cual, aunque sea atendida, no satisface. Mejor el intercambio positivo y gratificante al negativo e hiriente.

7. Ojalá sea intenso y emocional/Ojalá sea fácil: Algunas relaciones discurren con fluidez y facilidad, no chirrían. Son el resultado del encuentro de dos naturalezas que armonizan sin grandes desencajes. Otras veces, todo es difícil, a pesar del amor. Cuando una relación es intensa y emocional, a menudo llega a ser desvitalizante. De hecho, las grandes turbulencias emocionales y los juegos psicológicos desgastantes y fatales tienen que ver con reminiscencias de heridas infantiles y viejos anhelos no colmados.

8. Lucho por el poder/Cooperamos: Demasiados siglos de lucha y sufrimiento entre hombres y mujeres nos convocan a una reconciliación: Es maravilloso cuando en la pareja ambos sienten adentro, de verdad, de corazón, que no hay mejor ni peor y que caminan juntos. No uno por arriba y otro por abajo, no uno por delante y otro por detrás. Cooperan. Son compañeros, amigos, hermanos, amantes y socios. Uno y uno son más que dos. En lo más profundo las mujeres se suelen sentir mejores que los hombres — según mis estadísticas—, pero las más inteligentes se encargan de que sus parejas no lo noten.

9. Yo pienso, tú sientes y ante lo difícil sálvese quien pueda/Reímos y lloramos juntos y juntos nos abrimos a la alegría y el dolor: Las parejas se enfrentan, en su proceso vital , a asuntos que en algún momento duelen: hijos que no vienen, abortos, muertes o enfermedades de seres queridos, vaivenes económicos y existenciales…. Son asuntos que ponen a prueba la capacidad de aguante de la pareja y que o bien la fortalecen o bien la derrumban y ponen en ella resentimientos y kilómetros de distancia.

10. Que sea para siempre/Que dure lo que dure: Entrar en el amor de pareja significa también hacerse candidato al dolor de un posible final. Hoy en día se habla de monogamia secuencial, esto es, de que, estadísticamente, cabe esperar que tengamos entre tres y cuatro parejas a lo largo de nuestra vida, con el consiguiente estrés y tránsitos emocionales complejos que ello conlleva. Cuando no hay un contrato institucional de por medio, tenemos una oportunidad de crear a la pareja cada día, a nuestra manera, y de vivir lo que nos permite. Si llega el final, aprendemos el lenguaje del dolor, la ligereza y el desapego, para luego volver de nuevo al carril del amor y de la vida.

11. Primero los padres o los hijos y luego tú/ Primero nosotros, antes que nuestras familias de origen y que nuestros hijos en común: Conviene saber que el amor se desarrolla mejor en universos de relación ordenados: que los padres sean padres y que los hijos sean hijos, que la pareja que se ha creado (que puede incluir a hijos de anteriores relaciones) tenga prioridad frente a parejas anteriores o frente a las familias de origen. Que el pasado sea honrado y labre un buen presente y un buen futuro. Algunas personas dan más importancia a los hijos en común que a los anteriores, lo cual acaba creando malestar en todos. Al mismo tiempo, una pareja posterior debe saber que tiene más posibilidades de ocupar un buen lugar si asume que los hijos de su pareja estaban antes y respeta su prioridad.

12. Te conozco/Cada día te veo y te reconozco de nuevo: Algunas parejas no se relacionan con la persona que tienen al lado, sino con las imágenes interiores que se han ido formando de esa persona a lo largo del tiempo. Viven en el pasado y se olvidan de actualizarse cada día. Para evitarlo, ayuda, y mucho, abrir la percepción a cada instante nuevo y no dar a la otra persona por supuesta. El otro se ilumina cuando le reconocemos y le descubrimos como nuevo, y de este modo también nosotros nos volvemos nuevos y jóvenes.

Fuentes:

“El Buen Amor en la Pareja: Cuando uno y uno suman más que dos” Garriga J. Ed. Destino, 2013

Articulo publicado en ABC

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martes, 19 de julio de 2016

LA RUTINA Y MONOTONÍA EN LA RELACIÒN DE PAREJA

Uno de los riesgos que corre la pareja es permitir que la rutina se instale en su vida, porque conduce al aburrimiento y al desinterés.





La monotonía se  instala poco a poco, haciendo que los días sean previsibles: levantarnos, desayunar, trabajo, almorzar, ver un rato TV, trabajo,  regreso a casa, niños, cena, acostar niños, recoger, preparar para mañana ver TV, internet, chatear con amigos un rato y a dormir para volver a empezar mañana. Sábados  limpieza casa, supermercado, almorzar fuera, ver tv, salir de paseo con niños o quedar con amigos. Domingo preparar comidas y ropa para la semana,  ver películas en TV o ir al cine con niños o sin niños quien no los tenga ya en casa y descansar para  empezar la  semana.

La rutina del  trabajo, responsabilidades familiares y domésticas pueden ir  desterrando esos proyectos de futuro que nos ilusionaban, la programación de pequeñas escapadas para el fin de semana, los pasatiempos individuales o compartidos; en resumen ilusionarnos con “nuestras cosas”.

La rutina no es lo normal , no tiene por que  ser una característica en  las relaciones, depende de lo que cada uno haga, no es bueno permitir que se adueñe de nuestros días, no es bueno resignarse con el aburrimiento porque se perderá el interés por nuestra pareja.

QUÉ HACER CUANDO LA RUTINA Y EL ABURRIMIENTO SE HAN INSTAURADO EN LA RELACIÓN


Reinventarse la relación

Sois dos cabezas pensantes y como  a ninguno de los dos os gusta la situación a la  que habéis llegado, utilizad la imaginación.

Ejercicio: cada uno va a escribir en un papel ideas para divertirse en los ratos libres, después se compartirán con las del otro y las que sean de interés para ambos y viables se pondrán en práctica

Preparar sorpresas agradables o divertidas. ¿Recordáis con qué disfrutabais antes?, ¿se puede hacer?

Ejercicio: Cada quince días le toca a uno preparar una sorpresa, debe ser poco complicada, factible y no muy cara, para que se mantengan en el tiempo; por ejemplo una cena  especial en casa o restaurante, entradas para un concierto, una película o un partido, un masaje.

Potenciar las aficiones del otro. 

En una pareja no hay por que compartirlo todo, cada uno puede tener  sus aficiones y es importante que al menos una o dos veces en semana las realice. Anima a tu pareja a que lo haga si al principio le cuesta retomar aquello que le gustaba y ya no hace. P. ej. retomar estudios, practicar algún deporte, salir con los amigos…

Programar alguna actividad  nueva juntos.

Clases de baile, pintura o cocina, inscribirse en algún club que realicen actividades que puedan ser divertidas, etc.

Un día sin televisión y sin internet, el día del apagón. Como no hay nada externo que os distraiga os veréis obligados a crearlo vosotros, puede ser muy divertido.

Inventad, cread el dinamismo en vuestra relación para no caer en lo que el   Dr. Joan Corbella   califica de “tedio irreversible”: se da en la relación en la que uno o ambos miembros han perdido la capacidad de atraer e ilusionar al otro, pero en la que la convivencia entre ellos no es suficientemente ingrata como para provocar la ruptura. Se han acostumbrado a vivir como buenos compañeros de piso, que comparten tareas y gastos.

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miércoles, 8 de junio de 2016

SIMILITUD DE LAS DEPENDENCIAS AFECTIVAS Y LA DEPENDENCIA AL ALCOHOL U OTRAS DEPENDENCIAS

CARACTERÍSTICAS COMUNES 





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martes, 7 de junio de 2016

PREOCUPARNOS CUANDO SEA ÚTIL

La preocupación es un temor anticipado ante la posibilidad de que algo negativo ocurra.

Provoca una cadena de pensamientos, en ocasiones constantes, que nos generan desasosiego y estrés.




La preocupación es útil cuando nos prepara para enfrentarnos a algún acontecimiento o problema. Preocuparnos nos va a ayudar a prestar más atención,  a generar un plan de acción y estar prevenidos.


Ejemplos de como preocuparse es útil o inutil:


Un estudiante cuando tiene un examen se preocupa porque existe la probabilidad de suspenderlo, preocupación que aumenta a medida que se aproxima la fecha Esta preocupación le motivará para organizar y cumplir un plan de estudios para  evitar el suspenso. Ese desasosiego o ansiedad, generado por la preocupación, es el que activa la acción. Si la preocupación es excesiva será nociva porque aparecerá un aumento de la ansiedad que va  a disminuir el rendimiento en el estudio. 

La preocupación para ser útil ha de ser proporcionada a la situación que la provoca.

Una persona se queda parada, le preocupa no encontrar trabajo, puede tener una preocupación tan elevada que le paralice,  ocasionándole  una depresión que no le permitirá emprender ningún plan de acción, así difícilmente resolverá su problema.
Si essa persona canalizara la  preocupación de manera útil ,  iniciaría un plan de acción ( elaborar un curriculo, inscribirse en  bolsas de trabajo por internet, visitar agencias de colocación, aprovechar que está parado para mejorar su formación etc) para encontrar empleo, además, al estar inmerso en esta actividad va a disminuir su inseguridad y aumentará la satisfacción personal al sentirse útil porque está haciendo lo que debe hacer.

La preocupación es útil cuando nos moviliza para prepararnos, preocuparse sin actuar no sirve de nada.


Hemos comentado que debe haber una correspondencia entre la gravedad de la situación o problema  y la intensidad de la preocupación. A veces nos preocupamos por cosas sin importancia.

Como valorar la importancia de una situación de un  problema. 

Algunas recomendaciones que le pueden ser útiles:

Elabore una escala de  gravedad de  1 a 10. Haga una lista de problemas y puntúelos según la gravedad, por ejemplo la pérdida de un ser  muy querido tendría una gravedad de 10; una enfermedad grave de alguien muy importante para usted 9, así sucesivamente. Compare su problema con los de su escala y otórguele la importancia  que merece.

Vea su problema actual proyectado a más largo plazo, piense cómo será dentro de  dos meses, un año… ¿será un problema entonces?

Marque distancia con su problema, imagine que ese problema no es suyo, es  un familiar quien le cuenta que lo tiene. ¿Cómo lo valoraría?.

Plantéese si merece la pena preocuparse como usted lo está haciendo
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No deberíamos preocuparnos:


Por acontecimientos cuya  probabilidad de ocurrencia  es remota, por ejemplo tener un infarto cuando no existe patología alguna que lo pudiera provocar.

Preocuparnos por acontecimientos inciertos, que se pudieran dar pero no tendremos la certeza hasta que no ocurran, ejemplo que mi hijo que está acabando la carrera no encuentre trabajo.


¿Cómo distinguir si mi preocupación es lógica? Responda  las preguntas:


¿El problema por el que me preocupo existe  realmente,  sé a ciencia cierta que aparecerá en el futuro? Escriba las cosas que le preocupan, de forma clara y concisa.

¿Existen formas de resolverlo? Escriba en cada problema  anotado, todas las soluciones que se le ocurran (tormenta de ideas) y coméntelo con alguien de su confianza porque seguramente aportará más soluciones.

¿Yo sería capaz de poner esas soluciones  en práctica?. Entre las soluciones anteriores elija las que son más viables y compare como ha afrontado otros problemas parecidos o quizá peores a lo largo de su vida.

Si el problema e inevitable ¿Seré capaz de afrontarlo y adaptarme a él?.  La mejor opción es adaptarse, aprenda como lo hacen otras personas.

Compartir las preocupaciones con otras personas de confianza o profesionales puede ayudar a relativizarlas.

Si se obsesiona con algún problema y le preocupa en exceso, aun sabiendo que no tiene importancia, consulte con un psicólogo.



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