lunes, 9 de abril de 2018

COMPRENDER Y ACTUAR ANTE EL FRACASO ESCOLAR

COMPRENDER Y ACTUAR ANTE EL FRACASO ESCOLAR

Para corregir el fracaso escolar es primordial conocer las causas






Muchas familias se preocupan cuando sus hijos suspenden o pasan tardes enteras haciendo deberes sin obtener resultados.

Deberíamos partir de la idea de que es preferible hablar de dificultades escolares antes que de fracaso escolar, podríamos decir que un niño tiene dificultades escolares cuando no supera los niveles de aprendizaje esperables para su edad,  capacidad o tiempo que ha dedicado al estudio.

CAUSAS DE LAS DIFICULTADES ESCOLARES


Entre los factores que pueden precipitar los problemas escolares, destacamos:

-       Trastornos de aprendizaje, como Trastorno por Déficit de Atención  con o sin Hiperactividad.

-    Maduración psíquico-física del alumno, podemos estar ante un caso de un niño que aún no haya adquirido la plena capacidad de sus funciones cognoscitivas tales como atención, memoria, percepción, etc.

-    Depresión, ansiedad, fobias, temores, inhibición conductual, baja  autoestima  (característicos del fracaso escolar en la adolescencia).

-        No dormir lo suficiente. Nos encontramos con niños/adolescentes que se llevan el móvil a la cama y están jugando o chateando con los amigos hasta altas horas de la noche sin que los padres se den cuenta. Los móviles no son necesarios durante el horario de sueño. 

-      Falta de motivación. Si no está motivado para aprender difícilmente obtendrá buenos resultados, lo vemos también  en   niños con altas capacidades cuando encuentran  aburridas las asignaturas porque su capacidad va muy por encima del nivel de sus compañeros de clase.

-      Acoso escolar. Los padres han de estar atentos a este problema porque los niños que lo padecen lo ocultan. Uno de los síntomas es la bajada significativa del rendimiento que lo justifican diciendo que no le gusta el colegi, que le aburre el estudio…etc


-       El sistema educativo, al igual que la sociedad avanza el sistema ha de progresar a la par que ella, no podemos quedarnos anclados únicamente en los resultados curriculares, hay que ir más allá, existen múltiples opciones con las que los niños pueden demostrar sus destrezas y debemos darles esas alternativas, provocarles esa motivación interna con la que disfruten el aprendizaje.

-         Factores intelectuales, es básico conocer la capacidad intelectual del niño. Para exigir un determinado nivel, debemos saber previamente si está preparado para ello. Este nivel puede conocerse a través de baterías o test psicológicos que lo miden.

-        Ambiente familiar alterado como la muerte de un familiar, divorcio de los padres o mala relación, maltrato etc.

-   Estilos educativos: Padres severos o con una disciplina rígida pueden generar unas expectativas demasiadas altas en sus hijos y provocar tal presión y estrés en el niño que se bloquee y no sea capaz de rendir todo lo que podría,  a la vez que le crean inseguridad en sus capacidad. Padres muy permisivos, con el estilo educativo “dejar hacer”, no educan a sus hijos en la adquisición del esfuerzo para conseguir metas ni, en el aprendizaje de las normas básicas de integración social.

CÓMO  ACTUAR EN ESTOS CASOS


1.      Realizar una exploración médica y psicológica para descartar cualquier trastorno que afecte al rendimiento escolar, anemia, sordera, dificultades de visión,  problemas de lecto-escritura, déficit de atención, baja capacidad intelectual..etc., para intervenir lo antes posible  tomando medidas correctoras.

2.      Motivar a los niños no sólo premiando sus notas, sino el esfuerzo, la actitud y la dedicación, fomentando la autoconfianza.

3.      Comunicación fluida con  sus profesores, conociendo de primera mano en qué mejora y en qué empora, para que, entre todos podamos,  detectar  las dificultad lo más rápido posible.

4.      Escuchar la opinión de nuestro hijo sobre el fracaso escolar, quizás nos dé alguna pista de lo que está ocurriendo, y si le está afectando en su rendimiento escolar.

5.      Crear hábitos de estudio adaptados a su capacidad y a su edad.

6.      Cuidar y respetar el estudio creando el ambiente  adecuado, fuera de estímulos distractores ( ruidos, gente entrando y saliendo, móvil u otras redes sociales, Tablet etc.).

7.     No hacer  los deberes por ellos, ayudarles, sí..

8.     Tiempo para el ocio y el descanso diario. Muchos niños están sobrecargados de clases extraescolares. El juego con otros niños supone un aprendizaje social.


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