Muchas personas que llegan a nuestra consulta con sentimiento de culpa tras haber ingresado a su padre o madre en una residencia, sienten que los abandonan.
Cuando indago se pone de
manifiesto la influencia de los valores tradicionales en estos sentimientos. Los tiempos actuales no son los mismos, desde
que la mujer se ha incorporado a la vida laboral no dispone del tiempo necesario para cuidar a sus padres cuando son
dependientes como hicieron las generaciones anteriores de mujeres.
La situación anímica de cada
persona, enfermedades, ambiente familiar, espacio disponible en la
vivienda etc., son condicionantes que
obligan a tomar una decisión que quizá sea la más conveniente para la calidad
de vida de la persona dependiente.
Cuando es la familia quien se encarga del cuidado de la persona en estado dependiente puede padecer el síndrome del cuidador.
Algunos síntomas del síndrome del cuidador:
- Depresión/bajo estado de ánimo.
- Trastornos psicosomáticos como: angustia, alergias, afecciones de piel, cefaleas, lumbalgias, trastornos gástricos e intestinales…
- Fatiga y agotamiento.
- Irritabilidad y cambios de humor frecuentes.
- Despersonalización y deshumanización.
- Comportamientos estereotipados e ineficiencia a la hora resolver problemas.
- Agobio continuado sintiendo que la situación le desborda.
- Soledad.
- Problemas familiares y de pareja.
- Problemas económicos.
Síntomas que afectan negativamente a la calidad de vida de
ambos: cuidador y cuidado porque la relación llega a ser en ocasiones
conflictiva e incluso violenta, que repercutirá generando sentimientos de culpa
en el cuidador por no contribuir en
mejorar la calidad de vida de la persona que quiere.
Antes de comprometerse a cuidar a su padre o madre con una
demencia, pongamos por ejemplo, sería conveniente hacer una valoración de la
propia salud física, de la estabilidad emocional, paciencia y capacidad de
compromiso porque influirá en dar
mejores o peores cuidados a la persona dependiente.
Para ello se han creado numerosas guías y protocolos que ayudan al cuidador/a en esta difícil tarea; entre ellas destacaría “CUIDAR Y CUIDARSE GUIA PARA PERSONAS CUIDADORAS” de la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía
Para ello se han creado numerosas guías y protocolos que ayudan al cuidador/a en esta difícil tarea; entre ellas destacaría “CUIDAR Y CUIDARSE GUIA PARA PERSONAS CUIDADORAS” de la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía
Pincha en el siguiente enlace para descargarla, te
recomiendo que la leas te ayudará:
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La ley de la dependencia, a pesar
de tener muchas limitaciones, se creó para ayudar a estas familias
subvencionando residencias, unidades de
estancias diurnas, cuidados en el hogar, unidades de respiro familiar. Existen
numerosos grupos de autoayuda (asociaciones, residencias, ONG…) para compartir esos sentimientos y sensaciones de culpabilidad.
Es por ello, que si
realmente queremos a nuestros familiares debemos pensar en que es más
conveniente para su calidad de vida, y no sentirnos culpables por lo que
nuestros vecinos, amigos y familiares consideren mejor o peor.
<<Si quieres a
tu familiar piensa en él, en su propia calidad de vida, valora la calidad de
vida que le puedes ofrecer; si analizas que no puedes ayudarle al 100%, párate
y reflexiona. En muchas ocasiones, una
persona mayor está mejor cuidada en una residencia que en su propio hogar. Y no
por ello eres un mal hijo /a>>.
MARTA MARQUEZ BARBOSA
Psicóloga. Experta Universitaria en Gerontología Aplicada
MARTA MARQUEZ BARBOSA
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