lunes, 11 de agosto de 2014

CELOS INFANTILES: EL PRINCIPE DESTRONADO (I)

Manuel es hijo único y durante 6 años ha vivido rodeado de mimos y atenciones por parte de sus padres y familiares. Hace unos meses le contaron que pronto llegaría un nuevo hermanito y que tendría que cuidarlo y quererlo mucho. Ya hace tres días que  mamá y papá se marcharon y Manuel ha estado con su abuela que anda algo inquieta, Manuel nunca había dormido fuera de casa y se pregunta por qué  mamá no está con él. Hoy mamá y papá llegan a casa ¡por fin podrá volver a verlos!

Tengo tantas ganas de abrazarlos y jugar con ellos, piensa Manuel. Cuando ve entrar a su madre en casa corre hacia ella, ¿Por qué se ha ido sin mi durante todo este tiempo?, piensa mientras se va corriendo a sus brazos. Pero mamá no puede cogerle, tiene algo entre sus brazos, una pequeñita persona que apenas puede abrir los ojos y que emite un leve llanto, mamá y papá le sonríen esperando su aprobación pero en la pequeña mente de Manuel surgen muchas dudas…

La llegada de un nuevo miembro a la familia siempre supone grandes cambio, sobre todo para los más pequeños, que en ocasiones entran en una lucha por el cariño de sus padres.



Los  niños desde sus primeros días de vida comienzan a establecer un vínculo afectivo con su cuidador principal, que la mayoría de las ocasiones suele ser la madre, por lo que la llegada de un nuevo hermano supone una reacción contradictoria de celos y amor hacia el nuevo miembro.

Entendemos por celos la sospecha o inquietud ante la posibilidad de que la persona amada nos reste atención a favor de otra.

La causa de los celos infantiles más conocida es la de la llegada de un nuevo hermanito, pero no es la única. Un cambio de pareja por parte de sus progenitores, otro niño/a que llame la atención de sus padres o la fase de “enamoramiento” que experimentan algunos menores y que muestran celos hacia el padre o la madre al tener que compartir su cariño con el otro progenitor.

¿CÓMO SE MANIFIESTAN LOS CELOS INFANTILES?

Manuel después de dos meses de convivencia con el bebé ya ha notado muchos cambios en casa. Su mamá ya no tiene tiempo de jugar con él, de bañarse los dos juntos o de ir al parque. Todos sus familiares vienen a ver al bebé, todos les sonríen, lo abrazan y dicen lo bonito que es. No paran de repetir a Manuel que tiene que cuidar a su nuevo hermano y portarse como un hermano mayor. Pero, ¿qué significa ser un hermano mayor?

Manuel siente sensaciones nuevas, le gusta mirar a su hermanito e incluso, a veces, se siente orgullo de  él cuando sus amigos lo miran, pero también siente rabia y celos porque ya nada es como antes.

Algunos de los síntomas ante una situación de celos infantiles pueden ser:


  • Conductas regresivas, el niño se comporta como un bebé  (volver a hacerse pipí, hablar como un bebé, querer  usar el chupete, biberón o pañales, que le den de comer…)
  • Problemas de conductas: desobediencia y oposición. El niño/a muestra conductas de rechazo hacia la autoridad de sus padres o mayores. Las rabietas pueden aumentar, así como la irritabilidad o mostrar cambios de humor constantes.

También pueden mostrar síntomas de tristeza y mayor sensibilidad, llorando por cualquier motivo. En algunos casos, pueden son conductas agresivas y de rechazo hacia el bebé.

En breve publicaremos la segunda parte de este artículo sobre los celos infantiles.


Estamos esperando tus comentarios... y si te ha gustado este artículo no dudes en compartirlo en tus redes sociales. Cualquier duda te puedes poner en contacto con el gabinete de psicología de Josefina Rodríguez Merino y su departamento de psicología infantil.


|
|
|

No hay comentarios:

Publicar un comentario