La ansiedad es una reacción de nuestro organismo positiva y natural, útil para facilitarnos la defensa de una amenaza o reaccionar más eficazmente ante una situación de alerta o compleja.
Cuando se superan ciertos niveles de activación ansiosa y se mantienen durante un tiempo, la ansiedad se trasforma en una respuesta patológica, que se manifiesta en ataques de pánico o en ansiedad como rasgo de la persona.
La anticipación consiste en imaginar el futuro.
Sentada en el sillón de mi casa, viendo la tv, se me viene a la cabeza, de repente, sin yo pensarlo, que mañana tengo que coger el metro, como nunca lo he hecho, no voy a saber que hacer y con toda la gente que hay me puede dar ansiedad porque iré apretujada, además no me podré bajar si me hace falta y me va a dar un ataque de nervios. Anticipó que va a ser horrible viajar en el metro por tanta ansiedad, lleno de gente y cuando las puertas se cierren no tendrá salida para escapar . Mientras piensa eso su organismo se ha puesto en alerta porque la información que recibe es de una amenaza inminente a la que responder: su corazón latirá con una mayor frecuencia, la respiración se acelerará etc., son sensaciones que le asustan y siente tanta ansiedad y angustia que puede desembocar en una crisis de pánico. ¿Qué hace entonces? Huir de la situación temida: Mejor me quedo en casa y he vuelto a escapar del infarto o del ridículo más espantoso.
Esta padeciendo la situación temida sin que se haya llegado a producir, pero la sufre desde el momento que la teme padecerla.
En este ejemplo todo está
en su fantasía, no se ha movido del sillón y sin embargo, con su imaginación ha creado una alerta a la que su organismo ha reaccionado como si realmente estuviera delante de un Miura del
que tuviera que escapar a toda prisa para ponerse a salvo. Al no confirmar que
esa fantasía nada tiene que ver con la realidad, mantendrá esa creencia . “Cuando
estoy en mi casa en realidad me he salvado de un día horrible, de taquicardia
en el metro, de mareos, de sudores” Si hubiera ido, la realidad pudiera
haber sido de otra manera.
Es interesante ver a la ansiedad anticipatoria como la tensión entre el ahora y el futuro.
Este vacío lo llenamos de interpretaciones catastróficas, de películas o de fantasías que acaban pudiendo ser ciertas por lo de la profecía cumplida.
Este mecanismo se rompe a
nivel cognitivo, modificando el pensamiento catastrofista, con tecnicas
como la parada de pensamiento, el estar
en contacto con el aquí y el ahora, visualizar el enfrentamiento a las situaciones
temidas de manera positiva, plantearse que hay de realidad y de fantasía en
nuestras predicciones o anticipaciones. Tan pronto como dejamos de estar en
contacto con el presente y saltamos hacía el futuro con tintes catastróficos,
entramos en la espiral de la ansiedad anticipada.
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