NI TODO EL DETERIORO DE LA MEMORIA ES UNA DEMENCIA, NI TODAS LAS DEMENCIAS SON ALZHEIMER
LA DEMENCIA ES AQUELLA SITUACIÓN CLÍNICA EN LA QUE DEJAMOS DE SER QUIÉNES ÉRAMOS PARA SER IRRECONOCIBLES A LOS DEMÁS Y A NOSOTROS MISMOS.
ES UN LARGO PROCESO DE DETERIORO INTELECTUAL QUE SE INICIA CON EL OLVIDO DE LAS COSAS COTIDIANAS PARA ACABAR CON LA PÉRDIDA DEL YO
UN DIAGNÓSTICO CORRECTO ES
FUNDAMENTAL, YA QUE CONLLEVA LA POSIBLE IDENTIFICACIÓN DE LAS CAUSAS TRATABLES
DE DEMENCIA, CUANDO EXISTAN, O LA POSIBILIDAD DE ENLENTECER EL PROCESO EN OTROS
CASOS
La demencia es un proceso
orgánico cerebral que afecta predominantemente a las personas de edad avanzada,
de importancia creciente debido al aumento de las expectativas de vida y al
consecuente incremento de la longevidad de la población de los países desarrollados.
No se trata de una enfermedad en
sí misma, sino de un síndrome; es decir, la expresión clínica de un conjunto de
signos y síntomas que pueden darse en un número muy importante de enfermedades,
de las que la enfermedad de Alzheimer, por su frecuencia, es su máximo
exponente.
La enfermedad de Alzheimer (EA) y
las demencias en general, pasan por una serie de etapas. La escala más
utilizada para conocer la gravedad del estado de demencia es la denominada
Escala de Deterioro Global (Global Deterioration Scale, GDS) propuesta por
Reisberg en 1982, en la que se clasifica la demencia en siete niveles
evolutivos, según la manifestaciones clínicas que apreciemos. Hay que tener en
cuenta, que cada enfermo es distinto y que no todos los pacientes evolucionan
siguiendo el mismo patrón. Factores como la personalidad previa, su historia de
vida, el entorno familiar y otras enfermedades pueden influir en el curso de la
enfermedad.
A continuación se muestra la clasificación
propuesta por Reisberg:
Fase 1: Funcionamiento cognitivo
normal.
Fase 2: Funcionamiento cognitivo
compatible con la edad, con disminución funcional en el desempeño de
actividades ocupacionales o sociales complejas de la vida diaria. Olvida
nombres, lugares donde ha guardado objetos y es menos capaz de recordar citas.
Fase 3: Funcionamiento cognitivo
compatible con EA incipiente. Olvida citas importantes. Problemas con las
actividades de la vida diaria (AVD).
Fase 4: Funcionamiento cognitivo
compatible con EA leve. Actividades cotidianas deficientes. Aquí es donde se
suelen hacer las consultas.
Fase 5: Funcionamiento cognitivo
de EA moderada. El paciente ya no puede pasar sin algún tipo de ayuda y la
realización de tareas de la rutina diaria es deficiente.
Fase 6: Deterioro cognitivo moderado-grave. Precisa ayuda para vestirse, bañarse etc.
Fase 7: Deterioro cognitivo muy
grave. Perdida del lenguaje, locomoción y conciencia.
Si bien es una enfermedad sin
tratamiento curativo, existen fármacos específicos, de eficacia comprobada, que
pueden frenar su progresión por un tiempo limitado. Aunque no curan la
enfermedad, sí modifican su evolución, favoreciendo en gran medida que la
persona enferma mantenga su autonomía durante más tiempo.
Además del tratamiento farmacológico, es
importante llevar a cabo un tratamiento NO farmacológico como son las psicoterapias
cognitivas o terapias blandas,
presuponiendo un valor añadido a la eficacia de dicho tratamiento. La
plasticidad neuronal (respuesta del cerebro para adaptarse a las nuevas
situaciones para restablecer su equilibrio alterado), la estimulación
cognoscitiva (conjunto de estímulos generados por la neuropsicología intervencionista con finalidad rehabilitadora
dentro del contexto de la funcionalidad del sujeto) y las técnicas de
modificación de conducta son los pilares básicos en los que se fundamentan los
tratamientos no farmacológicos, dirigidos tanto a los enfermos con demencia en
los estadios leve y moderado, e inclusive en el que se corresponde con el
moderadamente grave, como en aquellos procesos incipientes en los que sólo los
déficits de memoria son objetivables.
Es sabido que el envejecimiento
conlleva una disminución de memoria que a menudo es motivo de consulta por el
paciente. ¿Cómo distinguir entre “olvido benigno por la edad” y demencia? Para
establecer el diagnostico de deterioro
cognitivo asociado a la edad (DCAE) se
requiere la presencia de alteraciones leves, de instauración progresiva y de,
al menos, 6 meses de duración en la memoria, el lenguaje, la atención, la
concentración, el pensamiento o las capacidades visuoperceptivas. Estos
déficits deben estar documentados con los exámenes neuropsicológicos apropiados
y hay que descartar que sean causados por cualquier otro trastorno orgánico o psicológico. Se considera que el
DCAE no debe limitar las actividades de la vida diaria o hacerlo mínimamente.
El problema reside en establecer dónde termina e DCAE y dónde empieza la
demencia. Cualquier paciente catalogado como DCAE debe ser evaluado
periódicamente, ya que con frecuencia el DCAE es el comienzo de una demencia
tipo Alzheimer.
Aunque cuando pensamos en
demencias, lo primero que se nos viene a la cabeza es la Enfermedad de Alzheimer (EA), no todo es EA, existiendo otros tipos
de demencia que también se dan con cierta frecuencia.
Subcorticales:
- La afectación predominante se localiza debajo de la corteza cerebral y el trastorno predominante consiste en enlentecimiento del pensamiento, dificultad para fijar la atención y alteraciones en las funciones ejecutivas (funciones cerebrales que ponen en marcha, organizan, integran y manejan otras funciones) ligadas a estructuras prefrontales. Son frecuentes cambios en la personalidad y en el estado de ánimo. Es habitual encontrar alteración de la marcha, rigidez, movimientos anormales, etc. Entre las demencias subcorticales se encuentran la Enfermedad de Parkinson, Corea de Huntington y Paralisis Supranuclear Progresiva, entre otras.
Corticales
La afectación se localiza en la corteza cerebral. Predominan las alteraciones de memoria, lenguaje, praxias (habilidad para poner en marcha programas motores de manera voluntaria y, normalmente, aprendidos) y gnosias (capacidad de elaborar, interpretar y asignar un significado a la información captada por los sentidos). Los trastornos motores están ausentes o aparecen tardíamente. Entre las demencias corticales se encuentran la Enfermedad de Alzheimer, Demencia frontal o frontotemporal, Enfermedad de Pick, entre otras.Cortico-Subcortical
Las Demencias Vasculares tienen un importante componente subcortical, pero con frecuencia existen alteraciones focales corticales (lenguaje, memoria, praxias y gnosias). En el caso de la Demencia por Cuerpo de Lewy difusos, también se observan alteraciones corticales y subcorticales.
La elevada prevalencia de los dos
tipos más frecuentes de demencia, la enfermedad de Alzheimer y la demencia
vascular, constituye un asunto de primer orden y origina un considerable número
de problemas sociosanitarios y familiares, los cuales, junto al progreso en el
conocimiento y el desarrollo de nuevas formas de tratamiento, han determinado
un incremento notable en el nivel de información de los ciudadanos y una
demanda creciente en las prestaciones sanitarias.
Un diagnostico correcto es fundamental, ya que conlleva la posible identificación de las causas tratables de demencia, cuando existan, o la posibilidad de enlentecer el proceso en otros casos.
La demencia es un proceso clínico, crónico y
progresivo, en el que los síntomas y necesidades van cambiando y que afecta al
propio enfermo y a sus cuidadores. Por ello, se necesita de un diagnostico y
evaluación clínica continuada, un plan de tratamiento global de sus necesidades
y educación, información y apoyo dirigido tanto al paciente como al cuidador
para incorporarlos en la toma de decisiones. De esta forma, se podrán potenciar
las capacidades residuales del enfermo, promoviendo su autonomía y aumentando
el bienestar y calidad de vida, tanto del paciente como de la familia.
BIBLIOGRAFÍA
Fernández-Ballesteros, R. (Dir.) (2000). Gerontología Social. Madrid. Editorial Pirámide. ISBN:
84-368-1437-1.
Alberca Serrano R. Demencias: diagnóstico y
tratamiento. Barcelona: Masson; 1998. ISBN: 84-458-0742-0.
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