8:30 de la mañana: mama/papa no quiero ir al
cole…
Últimamente
notas que tu hijo está triste, apagado, llora o se irrita por nada, está contestón, le cuesta ir al colegio, cada mañana se inventa una excusa
diferente para no ir, te dice que está enfermo o que no le gusta estudiar. Estos síntomas mejoran los viernes, cuando en un par de días sabe que no tiene que ir a clase, para repetirse los lunes por la mañana. Puede que tu hijo esté sufriendo acoso escolar.
Es importante prevenir este
tipo de situaciones, para ello no dudes en ponerlo en conocimiento de sus profesores, tutor o jefe de estudios para que activen el protocolo indicado para estas situaciones.
Si efectivamente existe acoso por parte de los compañeros acude a un profesional, psicólogo experto en este tema, quien os informará de como debéis actuar con vuestro hijo y para tratar al niño ayudándole, con las técnicas psicológicas adecuadas, a superar el trauma que padece como consecuencia del acoso y así evitar que las secuelas permanezcan a lo largo de su vida.
Vamos a contaros lo que es el llamado bullying o ciberbullying.
El acoso escolar o bullying aparece cuando un niño, la
llamada víctima, sufre acciones agresivas o violentas de forma reiterada y prolongada. Estas
acciones pueden ser físicas, verbales, en
forma de rechazo o aislamiento.
El agresor se caracteriza por ser agresivo, no sabe seguir las normas, incapaz de empatizar etc. Los objetivos que le llevan a cometer esas agresiones pueden ser varios:
- El objetivo de las agresiones físicas es atemorizar, acobardar o amenazar su integridad a través de bofetadas, golpes, patadas o empujones.
- El objetivo de las agresiones verbales es infravalorar, someter y mermar la autoestima del niño a través de insultos, motes o difusión de rumores.
- El objetivo de las agresiones psicológicas consiste en dañar al niño psicológicamente y emocionalmente mediante la intimidación, burla, amenaza u hostigamiento.
Las víctimas no se enfrentan al
agresor y con el paso del tiempo estas acciones acaban acarreando serios
problemas al niño, pierden su autoestima, se sienten incapaces de
enfrentarse a las agresiones, sufren ansiedad, sensación de incompetencia, fracaso y
absentismo escolar. A largo plazo puede generar problemas de confianza,
inseguridad y en los peores casos suicidio como medio de escapar del sufrimiento.
Los casos de acoso escolar están aumentando exponencialmente.
No sólo se tiene que trabajar con la victima, también con el acosador para evitar que continúe causando nuevas víctimas e incluso con los observadores pasivos de la situación.
Los profesionales tenemos estrategias
para la prevención e intervención, en estos casos es necesario trabajar las
habilidades sociales, la empatía, reforzar una serie de valores en contra de la
violencia, tratar el conflicto y fortalecer la autoestima.
Tenemos que tener especial cuidado en
aquellas personas con mayor riesgo de exclusión, en este colectivo nos
encontramos con los niños con alguna discapacidad, minorías étnicas, población
LGBT (lesbiana, gay, bisexual o transexual) etc.
Por último, ante la oleada de las
nuevas tecnologías hay que prestar especial atención al llamado ciberbullying,
o acoso a través de las redes sociales y/o mensajería. Para que la ciberconvivencia
sea posible es necesario educar el buen uso de las tecnologías de la
información y la comunicación.
A continuación les dejo un vídeo sobre el acoso escolar:
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