COMPRENDER Y ACTUAR ANTE EL FRACASO ESCOLAR
Para corregir el fracaso escolar es primordial conocer las causas
Muchas familias se preocupan cuando
sus hijos suspenden o pasan tardes enteras haciendo deberes sin obtener
resultados.
Deberíamos partir de la idea
de que es preferible hablar de dificultades escolares antes que de fracaso escolar,
podríamos decir que un niño tiene dificultades escolares cuando no supera los
niveles de aprendizaje esperables para su edad,
capacidad o tiempo que ha dedicado al estudio.
CAUSAS DE LAS DIFICULTADES ESCOLARES
Entre los factores que pueden precipitar
los problemas escolares, destacamos:
- Trastornos de aprendizaje, como Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad.
- Maduración psíquico-física del alumno,
podemos estar ante un caso de un niño que aún no haya adquirido la plena
capacidad de sus funciones cognoscitivas tales como atención, memoria,
percepción, etc.
- Depresión, ansiedad, fobias, temores,
inhibición conductual, baja autoestima (característicos del fracaso escolar en la
adolescencia).
- No dormir lo suficiente. Nos encontramos
con niños/adolescentes que se llevan el móvil a la cama y están jugando o chateando
con los amigos hasta altas horas de la noche sin que los padres se den cuenta.
Los móviles no son necesarios durante el horario de sueño.
- Falta de motivación. Si no está motivado
para aprender difícilmente obtendrá buenos resultados, lo vemos también en niños con altas capacidades cuando encuentran aburridas las asignaturas porque su capacidad
va muy por encima del nivel de sus compañeros de clase.
- Acoso escolar. Los padres han de estar
atentos a este problema porque los niños que lo padecen lo ocultan. Uno de los
síntomas es la bajada significativa del rendimiento que lo justifican diciendo
que no le gusta el colegi, que le aburre el estudio…etc
- El sistema educativo, al igual que la
sociedad avanza el sistema ha de progresar a la par que ella, no podemos
quedarnos anclados únicamente en los resultados curriculares, hay que ir más
allá, existen múltiples opciones con las que los niños pueden demostrar sus
destrezas y debemos darles esas alternativas, provocarles esa motivación interna
con la que disfruten el aprendizaje.
- Factores intelectuales, es básico
conocer la capacidad intelectual del niño. Para exigir un determinado nivel,
debemos saber previamente si está preparado para ello. Este nivel puede
conocerse a través de baterías o test psicológicos que lo miden.
- Ambiente familiar alterado como la
muerte de un familiar, divorcio de los padres o mala relación, maltrato etc.
- Estilos educativos: Padres severos o con
una disciplina rígida pueden generar unas expectativas demasiadas altas en sus
hijos y provocar tal presión y estrés en el niño que se bloquee y no sea capaz
de rendir todo lo que podría, a la vez
que le crean inseguridad en sus capacidad. Padres muy permisivos, con el estilo
educativo “dejar hacer”, no educan a sus hijos en la adquisición del esfuerzo
para conseguir metas ni, en el aprendizaje de las normas básicas de integración
social.
CÓMO ACTUAR EN ESTOS CASOS
1. Realizar
una exploración médica y psicológica para descartar cualquier trastorno que
afecte al rendimiento escolar, anemia, sordera, dificultades de visión, problemas de lecto-escritura, déficit de
atención, baja capacidad intelectual..etc., para intervenir lo antes
posible tomando medidas correctoras.
2. Motivar
a los niños no sólo premiando sus notas, sino el esfuerzo, la actitud y la
dedicación, fomentando la autoconfianza.
3. Comunicación
fluida con sus profesores, conociendo de
primera mano en qué mejora y en qué empora, para que, entre todos podamos, detectar las dificultad lo más rápido posible.
4. Escuchar
la opinión de nuestro hijo sobre el fracaso escolar, quizás nos dé alguna pista
de lo que está ocurriendo, y si le está afectando en su rendimiento escolar.
5. Crear
hábitos de estudio adaptados a su capacidad y a su edad.
6. Cuidar
y respetar el estudio creando el ambiente
adecuado, fuera de estímulos distractores ( ruidos, gente entrando y
saliendo, móvil u otras redes sociales, Tablet etc.).
7. No
hacer los deberes por ellos, ayudarles,
sí..
8. Tiempo
para el ocio y el descanso diario. Muchos niños están sobrecargados de clases
extraescolares. El juego con otros niños supone un aprendizaje social.
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