Mostrando entradas con la etiqueta padres separados. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta padres separados. Mostrar todas las entradas

jueves, 24 de julio de 2014

CONSEJOS A SEGUIR PARA PADRES SEPARADOS

ALGUNAS PAUTAS BASICAS SOBRE COMO ACTUAR CON LOS HIJOS TRAS LA SEPARACIÓN DE LOS PADRES


En una familia normalizada, el divorcio de los padres es la crisis mayor a la que se enfrentan los niños en su corta vida, produce un gran dolor porque pierden la  relación, a la que están acostumbrados, con uno de los padres

El sentimiento más frecuente en los niños es el del abandono. 

Sienten miedo de no volver a ver al padre que se ha ido, o a que el progenitor con el que conviven, también les abandone. Es una profunda sensación de pérdida y tristeza.

El grado de afectación varía según el sexo y la edad de los hijos, el modelo educativo y la forma de resolver los padres las crisis previas y posteriores al divorcio.



Como afecta a los hijos según la edad o etapa evolutiva:

Pre-escolares

  • Debido a la  mayor dependencia sobre todo  física y psíquica de sus padres a estas edades,  hace que el temor al abandono sea mas fuerte

  • Por sus posibilidades intelectuales, pueden pensar que si un padre ha desaparecido, el otro también puede desaparecer fácilmente. Cuando son muy pequeños, de nada sirve decirles que papá/mamá vendrá pasado mañana, porque no alcanzan a entenderlo, sólo saben que papá no está.

  • Dada su dependencia, sus temores, su comprensión limitada de los acontecimientos familiares y su incapacidad para tranquilizarse a sí mismos, pueden reaccionar mal ante el divorcio.

Es posible que presenten las siguientes conductas:

  • 0 a 12 meses: irritables, caprichosos, tristes..,  estados provocados por el estrés y la posible depresión del progenitor con el que convivan.

  • 1 a 2 años:  llanto exacerbado, dificultades para estar lejos de la madre/padre aunque sea por un momento, porque  necesitan su cercanía para sentirse seguros, dificultades para irse a dormir o permanecer dormidos.


  • 3 a 5 años: conductas regresivas, retoman hábitos que ya habían superado (chupete, orinarse en la cama, querer biberón..), comportamiento excesivamente bueno o  excesiva agresividad.
Escolares

Los niños de 6 a 8 años tienen grandes dificultades para adaptarse a los cambios que implica el divorcio:

  • Tienen dificultades de concentración en el colegio, aparecen conductas violentas hacia  sus compañeros y/o se aislan. Puede  disminuir notablemente el rendimiento escolar.
  • Prevalecen en ellos las sensaciones de pérdida, rechazo y culpa ( pueden pensar que su padre/madre se ha ido por culpa de ellos)  y es la edad en la que se han observado con mayor frecuencia e intensidad conflictos de lealtades (1) respecto a sus padres.
  • Les preocupa mucho perder al padre no conviviente y ser reemplazados.
  • Pueden mostrar una excesiva responsabilidad.


Los niños de 9 a 12 años dependen de los padres para su estabilidad. Ellos sostienen  el escenario en el que transcurren sus vidas, donde juegan, aprenden y adquieren capacidades sociales. Les importa mucho la imagen social de su familia y de sus padres.

Temen que este escenario se derrumbe y se destruyan sus planes presentes y futuros, y esta ansiedad se refleja en su comportamiento:

  • Suelen enfrentarse con sus padres, y aliarse con uno de ellos para atacar al otro.

  • También se preocupan por sus padres, y se empeñan en ayudarlos, y realmente pueden brindar cariño, compañía y cuidados.


Adolescencia

Es una etapa donde los hijos pasan por un proceso de separación emocional de los padres en pro de su “pandilla” o grupo de iguales, motivo por el que los adultos esperan de ellos  una adaptación sin problemas al divorcio, porque son más grandes y pueden comprender. Sin embargo, la disolución del hogar es especialmente perturbadora para ellos, porque necesitan ayuda de su estructura familiar para  contener sus propios impulsos agresivos y sexuales.

Se sienten muy ansiosos frente a la vulnerabilidad de sus padres y les preocupa su futuro. Les perturba ver que sus padres son personas con problemas cuando ellos están tratando de enfrentarse con los suyos propios. Sienten que se han invertido los papeles, se sienten abandonados y se enfadan con ellos.

El proceso de separación puede verse obstaculizado por un bloqueo del desarrollo de la autonomía, quedándose en el hogar, ocupando el lugar de enfermos, de niños o de compañeros del padre conviviente.


1.- El conflictos de lealtades. El divorcio es vivido como una riña entre dos bandos y ellos sienten que deben tomar partido. Es un dilema sin solución, porque si no toman partido se sienten aislados y desleales, y si lo toman sienten que están traicionando a uno de sus padres

Diferencias de género

 Los varones parecen tener mayores dificultades para atravesar la crisis, tanto en intensidad de sentimientos como en su duración. Es más frecuente que presenten más problemas escolares que las niñas, y mayor irritabilidad. Es muy probable que las niñas se sientan igualmente perturbadas, pero demuestran sus sentimientos con menos violencia, retrayéndose, volviéndose más ansiosas o comportándose excesivamente bien.

Se ha observado un fenómeno que denominaron “el efecto aletargado”. Las niñas mostraron una mejor adaptación en la etapa inmediatamente posterior al divorcio. Lograron un mejor desenvolvimiento social, escolar y emocional, pero cuando entraron en la etapa adulta y establecieron sus primeras relaciones de pareja, se enfrentaron con un efecto retardado del divorcio de sus padres. Sufrieron serias dificultades relacionales, y se sentían obsesivamente preocupadas por sus relaciones personales. Sentían mucho temor a la traición, mostrando una intensidad mayor en relación a los varones del estudio. Se planteaban cómo sería posible asumir un compromiso en la pareja, si cualquiera puede cambiar de idea en cualquier momento.


ALGUNAS RECOMENDACIONES DE TERAPIA DE PAREJA PARA PADRES DIVORCIADOS:


La tarea fundamental que recomiendo a los padres tras una separación, es conseguir su equilibrio emocional para ayudar al bienestar de los hijos, dado que estos, gran parte de la interpretación que van a hacer de una situación dada, va a depender de la que hagan sus padres, sus modelos a imitar.

También los hijos deben realizar dos tareas:

En primer lugar, deben reconocer la realidad de la separación y aceptarla, para poder continuar creciendo familiar e individualmente.

En segundo lugar, apostar al amor, aferrarse a la idea positiva de que pueden amar y ser amados.


  • Ayudar a los hijos cuando la separación es inminente, preparándolos para lo que vendrá. Ser cuidadosos con lo que dicen y cómo lo dicen. Lo que digan o dejen de decir será recordado por mucho tiempo. No se puede evitar que sufran, pero hay mucho modos de mitigar ese sufrimiento.
  • Comunicar juntos (papá y mamá) la decisión del divorcio. De este modo, se transmite una decisión conjunta, madura y racional.
  • Hablar con todos los hijos al mismo tiempo. Pueden ayudarse entre sí. Si hay diferencias de edades muy marcadas, en un segundo momento se puede hablar por separado con cada uno, adecuando las explicaciones a cada edad.
  • Deben enterarse cuando la decisión del divorcio está firmemente tomada, y con anticipación al día en que el padre que se va del hogar se mude.
  • Explicar claramente. Los chicos necesitan entender de qué se trata el divorcio. En el caso de los adolescentes, conviene explicarles el proceso legal y las decisiones que es necesario tomar.
  • Explicar las razones del divorcio, sin entrar en detalles como infidelidades o problemas sexuales.
  • Expresar la tristeza que genera el divorcio a los padres, porque esto les permite expresar sus propios sentimientos.
  • Decirles que ellos no son responsables de la separación y que no está en sus manos recomponer el matrimonio.
  • Decirles que saben que van a sufrir y que lamentan causarles ese sufrimiento.
  • Decirles, si ha sido así, que ellos fueron uno de los mayores placeres del matrimonio y, si ha sido así, que en el pasado hubo amor en su matrimonio.
  • Anticipar situaciones dentro de lo posible, respecto a cuáles son los cambios previsibles.
  • Decirles que todos deben ser valientes, y que es una crisis a afrontar por toda la familia.
  • Dejarlos participar opinando sobre las decisiones a tomar, aunque no sean ellos los que deciden.
  • Decirles que todos deberán esforzarse para mantener la importante relación entre padres e hijos.
  • Decirles que tienen el derecho a amar a ambos padres recalcando que el divorcio es un problema entre adultos.

Estamos esperando tus comentarios... y si te ha gustado este artículo no dudes en compartirlo en tus redes sociales. Cualquier duda te puedes poner en contacto con la psicóloga Josefina Rodríguez Merino


|
|
|