Cuando hombres y mujeres con hijos, después de una separación o fallecimiento de un cónyuge, desean rehacer su vida con una nueva pareja además de la felicidad individual, debe tenerse en cuenta la estabilidad familiar.
Los hijos pequeños mantienen la ilusión de que sus
padres vuelvan a vivir juntos y cuando en la familia entra una nueva pareja, sienten que está usurpando el puesto del padre o madre y que
es un obstáculo para que se dé el reencuentro.
Para que la incorporación de la nueva
pareja no provoque un ambiente lleno de
problemas hay que valorar cuando es el
momento adecuado de presentarla a los
hijos. No es conveniente hacerlo hasta pasados los meses suficientes para
considerarla consolidada, será entonces cuando poco a poco se podrá ir introduciendo en la familia: somos buenos amigos, nos llevamos bien, me
gusta su compañía, somos novios, es posible que venga a vivir con nosotros…. así, paulatinamente, sobre todo si los niños son pequeños. Siempre con sinceridad y adaptando la información a su
nivel de comprensión.
Si hay buena actitud y paciencia por parte de la nueva pareja, el final, aunque tome su tiempo, será positivo (Berta Rivera)
Ellos tienen muy claro quien es su papá y su mamá por
lo tanto no se debe presentar como otro papá/mamá, ni insinuar que ocupará ese
lugar.
Al principio pueden aparecer celos y
reacciones adversas, como enfados, rabietas etc... es normal, pueden verlos como competidores
por el cariño del padre/madre. No deben esperar que la aceptación sea inmediata, deles tiempo.
Si se considera que a pesar de haber dado el tiempo oportuno y ha seguido los pasos
de la forma más correcta y aún persiste la negativa de los hijos, recomendamos buscar ayuda profesional.
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