La desobediencia en niños y adolescentes es una queja muy común de los padres:
“Mi hijo no llega a la hora acordada”; “María nunca ordena su dormitorio”; “Antonio no hace los deberes sin que se lo tenga que decir mil veces y enfadarme” .
Este tipo de comportamientos son muy comunes, pero también puede degenerar en un trastorno de conducta severo si no se maneja a tiempo y de manera adecuada, además el desafío que ejercen los niños/adolescentes sobre los padres provoca conflictos entre padres-hijos y entre los padres.
Existen distintas formas de proceder cuando queremos eliminar una conducta, en este caso sería la desobediencia, dependiendo de las características del comportamiento y de la persona.
Se trata fundamentalmente de saber qué comportamientos de los padres o educadores, hacen más probable que esa desobediencia se perpetue y qué podemos hacer o dejar de hacer, para que se extinga y nuestro hijo obedezca.
Existe una teoría muy básica que dice: si un comportamiento se repite con frecuencia es porque algo se consigue . Por lo tanto eso que el niño consigue o eso que el niño evita que ocurra es lo que hace que no cambie.
Para un niño es muy valiosa la atención que recibe de los padres:
Mirar al niño, comentar sus “trastadas”, gritarle o acariciarlo, conseguir que los padres interrumpan su conversación para prestarle atención a él etc. Cosas de este estilo pueden aumentar la probabilidad de que la conducta vuelva a aparecer, por ello, si la conducta no recibe ninguna consecuencia tenderá a disminuir su aparición y/o desaparecer.
RETIRADA DE ATENCIÓN
Este procedimiento es muy eficaz cuando deseamos reducir o eliminar conductas. La atención que prestamos a los niños y adolescentes cuando realizan conductas negativas puede ser un premio para volver a repetirla con el tiempo, por ello debemos ignorar, retirar toda aquella atención, para extinguir la conducta problema. Cómo hacerlo:
- NO MIRARLO
- NO HABLARLE
- NO TOCARLO NI ACERCARNOS A EL
- IGNORARLO CUANDO APARECE EL COMPORTAMIENTO PROBLEMATICO
- PACIENCIA, ESFUERZO Y CONSTANCIA (IMPORTANTÍSIMA NUESTRA CONSTANCIA)
- NO ACONSEJABLE PARA CONDUCTAS QUE PUEDAN SUPONER UN DAÑO PARA EL NIÑO U OTRA PERSONA.
Caso práctico:
Lola es una niña de seis años muy presumida, le encanta vestirse con la ropa de mamá, utilizar sus zapatos, joyas, maquillaje… Para que no utilice los objetos de su madre, han decidido comprarle sus propios maquillajes; pero Lola se niega a utilizar estos y siempre intenta coger los de mamá.
Lola entra en el cuarto de sus padres y rebusca hasta encontrar las joyas y zapatos; su madre le indica que salga del cuarto y le riñe por utilizarlo, Lola comienza a llorar, patalear, revolcarse por la cama, y a tirar todos las cosas de su madre. Para evitar esta escena y tranquilizar a Lola, finalmente su madre cede con un: -¡Vale, pero que sea la última vez Lola!
Lola ha aprendido que con gritos y llantos finalmente consigue lo que desea: puede seguir desobedeciendo
Sus padres han decido cambiar la situación utilizando la técnica
RETIRADA DE ATENCIÓN:
Lola, nuevamente, va al cuarto de sus padres y coge los zapatos y joyas de su madre, cuando mamá llega al cuarto y le indica que no debe cogerlo Lola comienza a protestar y llorisquear.
Su mamá la lleva a su cuarto y la deja sola, de esta forma evita el contacto visual, físico y verbal. Lola comienza a gritar, llorar y patalear, al sentirse ignorada esta conducta se intensifica más, pero finalmente desaparece. Cuando Lola deja de llorar sus padres la atienden sin hacer referencia a lo ocurrido.
Con esta nueva respuesta de sus padres la conducta de Lola disminuye progresivamente hasta la extinción ya que no recibe ningún tipo de consecuencias satisfactorias para ella.
Estamos esperando tus comentarios... y si te ha gustado este artículo no dudes en compartirlo en tus redes sociales. Cualquier duda te puedes poner en contacto con la
psicóloga Josefina Rodríguez Merino
|
|
|