He elegido el video porque presenta las características propias de un niño tirano o con el síndrome del emperador, y además algunas reacciones típicas de los padres.
Cuando nos referimos a un hijo tirano, agresivo con los padres, no nos referimos a niños violentos, educados en una familia desestructurada en la que han presenciado actos delictivos, violencia familiar, abusos, deprivación afectiva, que han sido victimas de agresiones reiterada por parte de padres o hermanos, etc.
Ese no es el caso del niño tirano, porque ese otro niño ha aprendido a utilizar la violencia por imitación de sus modelos familiares. El tirano es hijo de una familia que educa a sus hijos como lo hace la mayoría de las familias; estos padres educan a sus otros hijos con normalidad pero no pueden hacerlo con este porque es muy difícil de educar.
Los hijos tiranos ejercen la violencia en mayor proporción contra las madres y sobre todo las que viven solas, por lo que algunos autores lo incluyen en la categoría de violencia de género.
Caracteriza a un niño tirano:
- La frialdad emocional, es calculador y manipulador. Planifica su conducta, sabe lo que le va a dar resultado para conseguir posiciones de poder dentro de la familia.
- Tiene grandes dificultades para establecer vínculos afectivos con los padres, los utiliza.
- Cree que lo merecen todo y exige que se le complazca. Su baja resistencia a la frustración hace que reaccione con violencia cuando se le niega algo. La función de los padres es complacerlo.
- No empatizan con nadie y menos con los padres, no siente los estados de ánimo de otros, no es capaz de ponerse en su lugar.
- Muy interesado en mantener buena imagen de cara al público. Culpa a los padres si alguien le acusa de mal comportamiento.
- Este perfil se inicia a edades tempranas y el pronóstico dependerá de la gravedad del trastorno y la efectividad del tratamiento psicológico que reciba.
Referente a la familia del video.
Nos presentan a una familia normal, el único elemento disruptivo es el comportamiento del hijo.El padre disculpa al hijo ante las quejas de la madre, quitándole importancia. Grave error que refuerza el mal comportamiento y resta autoridad a la madre.
La madre no tiene autoridad. Es víctima del hijo que ha tomado el mando en esta relación mediante la manipulación, amenazas e insultos hacia ella.
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