CUENTO DEL ÁGUILA
Un montañero, en una de sus excursiones se encontró el huevo de un águila y decidió ponerlo junto a los huevos de una gallina de su granja que estaba incubando. La gallina, creyéndolo propio, lo empolló.
Cuando el águila rompió el cascarón, se vio entre pollitos y se creyó una de ellos.
Fue creciendo siempre rodeada de gallinas, se sentía una gallina y, por lo tanto, se comportaba como una gallina.
Cada vez que veía a sus hermanas águilas volando en el cielo, pensaba para sí : "¡Qué majestuosidad ! Son águilas y pueden volar y yo soy una gallina...¡Quién pudiera volar!".
Un día pasó por allí un biólogo, amigo del montañero, y se sorprendió viendo como el águila se comportaba como si fuera una gallina. Le propuso al granjero trabajar con ella para que se comportara como lo que era, un águila.
El biólogo la llevó hasta un pico alto desde el que la iniciaría en el vuelo de bautismo, sin embargo, cuando estuvo allí, el águila no se animaba a saltar al vacío y se repetía como un loro : "No puedo volar, no puedo volar, las gallinas no volamos".
El biólogo, viendo que por si misma no emprendía el vuelo
y que estaba asustada le dio un empujón
y el águila, revoloteó unos instantes para regresar, asustada, a suelo
firme donde se sentía segura. El biólogo insistió una y otra vez hasta que por fin hizo
aquello para lo que estaba preparada: volar.
Muchas personas son águilas comportándose como gallinas.
Cada persona actúa como ella cree que es, no como es en realidad.
Aquel biólogo es
como el psicólogo, ayudando a vencer las
resistencias que toda persona opone al cambio, porque le asusta, es la persona
que cuando falta la fe en uno mismo, le tiene
que dar ese empujón para que experimente quien
es realmente y viva la vida desarrollando sus capacidades, que es la forma de
tener una vida plena.
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