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lunes, 28 de marzo de 2016

MI HIJO TARDA EN HABLAR. TRASTORNO ESPECIFICO DEL LENGUAJE (TEL)

Alteraciones en el comienzo, comprensión o expresión del lenguaje hablado o escrito.

       
El Trastorno Específico del Lenguaje, también conocido como TEL, es un término desconocido para muchos, incluso confuso para otros, porque en ocasiones se le confunde con trastornos como el Trastorno del Espectro Autista (TEA),  la dislexia, la dislalia, el Trastorno Generalizado del Desarrollo (TGD),o el Trastorno del Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) entre otros.

Por tanto el primer objetivo es aclarar el término TEL, hablar un poco de los signos de alerta y  por otro lado hacer una comparación con algún que otro trastorno que también afecta al lenguaje y que puede crear confusión a los padres a la hora de saber qué le pasa a su hijo.


¿Qué es el Trastorno Específico del Lenguaje -TEL-?


El Trastorno Específico del Lenguaje se define como una alteración en la adquisición, comprensión o expresión del lenguaje hablado o escrito, que puede llevar implícito todos o algunos de los componentes del sistema lingüístico (fonético-fonológico, semántico, morfosintáctico y/o pragmático). Estas dificultades no se deben a problemas neurológicos, cognitivos, sensoriales, motores o  sociofamiliares.

En general tienen buena intención comunicativa, la alteración se presenta por la lentitud, distorsión, omisión, adición, articulación o mal uso contextual de las palabras o frases. Por ello el discurso de los niños es pobre y/o poco fluido. La comprensión del lenguaje está afectada en algunos casos.

Sus dificultades  dependerán del componente lingüístico que esté alterado. Los casos más graves son aquellos en los que  se ve afectada la competencia verbal.

Debido a los problemas de producción y comprensión del lenguaje son más retraídos a la hora de tener contacto social y suelen ser desconsiderados por los demás. Sin embargo tienen capacidad empática, reconocimiento emocional y capacidad de seguir patrones  sociales.

En el área  motriz desarrollan adecuadamente sus habilidades psicomotrices, pero debido a la poca estimulación  que reciben en su ambiente, suele tener problemas en  la psicomotricidad bucofacial, y psicomotricidad fina. Siguiendo terapias adecuadas mejorarán considerablemente.

Como hemos señalado este trastorno posee un gran abanico de dificultades, es por ello que a veces se le confunde con otras alteraciones o patologías que más adelante aclararemos.


¿Cuándo empezar a preocuparse?


Muchos padres con hijos en edades entre los 18-30 meses acuden al pediatra preocupados porque su hijo no habla o apenas dice pocas palabras y se encuentran con respuestas como: “ya hablará”, “es pequeño todavía”, “a su padre le pasó lo mismo y ahora no se calla”...En definitiva en muchas ocasiones se aconseja ESPERAR. Sin embargo las investigaciones han demostrado que la intervención temprana es el método más eficaz y eficiente para el tratamiento de trastornos de la comunicación, pero es evidente que la intervención temprana requiere la detección temprana y es lo que hoy en día está fallando.

Tras detectar un retraso del lenguaje, se debe derivar a un especialista que lo diagnostique o al menos estime la probabilidad de riesgo. Digo así porque el diagnóstico diferencial de los trastornos del neurodesarrollo, que afectan al lenguaje es difícil de delimitar antes de los 2 años incluso hasta los 33 meses, lo que no quita que ante cualquier indicio se realice una intervención temprana lo antes posible

Indicadores tempranos de riesgo:

           
- retraso/anomalías en la adquisición de las primeras palabras

- irregularidades en el desarrollo vocálico/sistema fonológicos

- lenta e irregular adquisición morfo-sintáctica

- retraso/anomalías en la comprensión del lenguaje

- retraso y/o anomalías en el uso funcional y espontáneo de actos comunicativos preverbales

- retraso y/o anomalías en la capacidad de compartir atención o referencias conjuntas

- limitaciones en el uso funcional de objetos y juego simbólico

- dificultades en las habilidades tempranas de procesamiento auditivo-verbal

- antecedentes familiares con la misma dificultad u otro trastorno que afecta al lenguaje

- alta frecuencia de infecciones de oído

- factores de riesgo perinatales

- entorno familiar deprivado o disfuncional

Cuanto mayor sea el número de indicadores que aparezcan en el niño, mayor riesgo tendrá frente al TEL, y por tanto existirá una necesidad de intervención temprana, especialmente cuando aparezcan los indicadores de mayor riesgo que serian: problemas de comprensión, limitaciones en el uso de gestos o comunicación pre-verbal y antecedentes familiares de retraso o de problemas del lenguaje o aprendizaje


Diferencia entre TEL  y otros trastornos


TEL y Dislexia


A modo de aclaración hay que decir que no todos los niños con TEL tienen dificultades en la lectoescritura, ni todos los niños con problemas en la lectoescritura tienen TEL.
En estos dos trastornos la diferencia se basa en la gravedad del déficit fonológico y de procesamiento del habla que son los causantes del déficit de lenguaje en ambos caso, siendo más grave en el TEL que en la dislexia.
En el TEL están afectadas tanto las habilidades fonológicas como las no fonológicas, mientras que en la dislexia sólo existe un déficit fonológico.


Hablantes Tardíos (H.T)


Niños que están entre los 18-24/33 meses y que muestran un retraso en la adquisición de las primeras palabras o una adquisición lenta del primer lenguaje(recepción y/o expresión). Este retraso no se acompaña de ningún otro déficit o alteración en otros dominios del desarrollo temprano. Estos niños se supone que van a presentar solo un retraso leve durante las primeras etapas de adquisición del lenguaje y una secuencia de desarrollo totalmente correcta. Frente a los niños con TEL que presentan un retraso más persistente y generalmente se considera que el desarrollo del lenguaje va a ser cualitativamente diferente a la del desarrollo prototípico.

Entre un 50-70% de los niños H.T que solo muestran retraso en el plano expresivo, sin afectarle a la comprensión o uso social del lenguaje, van a superar este retraso inicial o al menos se van a reducir sus dificultades al mínimo.

Frente al 30-40% que van a continuar manifestando dificultades comunicativo-lingüísticas aplicables a un TEL, se estima que un 60% podrían mostrar algún tipo de problema de aprendizaje.

Otro dato a tener en cuenta en los H.T es que no solo puede ser un signo de alerta de un TEL, sino incluso de un TEA, de un TDAH o de Trastorno de Desarrollo Intelectual.


TEL y TEA


Los niños con un Trastorno del Espectro Autista presentan unas características especificas y peculiares que los diferencia de cualquier otro trastorno.

En cuanto a atención: presentan lo que se ha denominado atención en túnel o también altamente selectiva, es decir, no logran atender la integridad de elementos que conforman un objeto, persona o situación, sino que se centran en algo en particular. Muestran lentitud reaccional ante los cambios de foco de atención, dando como resultado una aparente sordera.

En memoria tienen memoria casi fotográfica y facilidad para aprenderse secuencias o información con cierto patrón fijo. Son hábiles para procesar información que reciben de una sola vez y en cambio se les dificulta procesar información que reciben en secuencia.

Las alteraciones del lenguaje son uno de los síntomas más significativos: ausencia de comunicación, alteraciones en la prosodia, variación en el ritmo, la entonación y el énfasis. El habla monótona o plana, con cambios extraños, ecolalias y verborreas. Frases telegráficas y distorsionadas confundiendo palabras con sonidos similares.

Su habilidad manipulativa es superior a la habilidad verbal Y Presentan un nivel de pensamiento concreto y baja capacidad representacional y de simbolización. Su pensamiento es de tipo deductivo. Es difícil para ellos cambiar por si mismos a una nueva explicación o plan de acción.
Evitan el contacto ocular demostrando poco interés por la interacción

En cuanto a su desarrollo psicomotor, habilidad limitada en los juegos de pelota, dificultades para atarse los cordones, manera extraña de caminar o correr, mala letra. Dificultad para sincronizar movimientos con otra persona, postura y conducta motora estereotipada como aletear, andar de puntillas o  dar vueltas, entre otras.



SARA DOBLAS
PEDAGOGA, EXPERTA EN ATENCIÓN TEMPRANA



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